martes, 13 de junio de 2017

Cuando tu vocación te encuentra...

Hace muchas años, cuando aún no  veía muy claro el rumbo que debía tomar en mi vida, llegué a parar a un colegio privado en la Ciudad de Cúcuta, propiedad de una prima de mi abuela materna.  Yo ya llevaba varios años en Bogotá luego de llegar en el año de 1997 y con apenas 17 años de edad; esto producto de la violencia que tuve que vivir en esa época.
Luego de trabajar en almacenes vendiendo diferentes productos u ofreciendo degustaciones a los clientes que llegaban paulatinamente a comprar, me dí cuenta que ese no era el oficio que mas me gustaría hacer y que tampoco el mundo de las ventas y el mercadeo llenaba mis expectativas; y pues, si no amamos lo que hacemos no crecemos, luego de cuatro años y cada día mas triste me vi desempleada y sin salida.  Yo vivía sola, sin familia en esta fría ciudad y sin las oportunidades que muchos de mis contemporáneos compañeros de clase tendrían... y si no mantenía un trabajo, entonces ¿de qué viviría? .. pronto tuve que pedir posada en casa de una amiga pero los meses transcurrieron y sin salida alguna en esta ciudad, luego de cuatro años tuve que regresar a mi Cúcuta del alma, ya con 21 años de edad, sin la meta alcanzada y con un futuro muy incierto...